sábado, 9 de julio de 2011

¿ PUEDO SER INDEPENDIENTE?




Podemos comenza a entendernos, si consideramos a la Independencia como la capacidad de tomar decisiones por uno mismo, y llevarlas a cabo aun a pesar de las consecuencias que ello genere, con uso de nuestra razón y de nuestro compromiso.
Como docentes, debemos considerar que los niños aprenden a ser autónomos en las pequeñas actividades diarias que desarrollarán en casa, en la guardería, o en el colegio. Los niños desean crecer, quieren demostrar que son mayores a todo momento. Caben a los padres y educadores, la aplicación de tareas que ayuden a los niños a que demuestren sus habilidades y sus esfuerzos. Poner, recoger, guardar, quitar, abrochar y desabrochar, irse al baño, comer solos, etc., son acciones que ayudarán a los niños a situarse en el espacio en que vive, y a sentirse partícipe en la familia y entre sus amigos.

Todos los niños pueden y deben ser educados para ser independientes, pero todos los niños no son iguales. Cada niño desarrolla capacidades de una forma distinta. Se puede pedir todo a todos, pero no se puede esperar que los resultados sean los mismos.
Se debe, primero, conocer cuales son las capacidades reales de cada niño, para poder ayudarle en su justa medida, y no solucionarles la tarea cuando él sea capaz de realizarla solo. Se debe dar la oportunidad de experimentar, de equivocarse, de fallar o de acertar, y todo eso lleva un tiempo, según la edad y la capacidad de aprendizaje de cada niño.

Cuando tu hijo, delante de una tarea, diga "yo sólo que ya soy mayor", escúchale y respeta su decisión. Es más importante lo que dicen y cómo actúan los padres en ese proceso, que la disposición que tenga el niño.
No nos  olvidemos de que una mayor autonomía favorece a una buena autoestima, y a una evolución sana en cuanto a las decisiones y la vivencia del día a día.

(texto de Maria Concepción Luengo del Pino- Psicopedagoga

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